16 de mayo de 2018

La uva y el vino, agentes de expresión cultural de Tarija


Del total de 3.044 hectáreas cultivadas de vid en Bolivia, dos tercios se encuentran en el valle de Tarija, y el resto en el valle de Cinti, Chuquisaca, y en los valles de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí.


ABRAHAM SAHUA[1] | MYMPOLITIKON | BOLIVIA
abrahamsahua@gmail.com

Tarija se ubica al sur de Bolivia, a una altura de 1.886 metros sobre el nivel del mar y a una superficie de 37.623 kilómetros cuadrados; su capital es Tarija, Provincia Cercado; está constituida por 6 provincias; y su fecha cívica se celebra cada 15 de abril (1817).[2] De acuerdo al Censo Nacional de Población y Vivienda de 2012, esta región incrementó su población en un 30%, en relación al Censo del 2001: pasó de 391.226 a 508.757 habitantes.


Este departamento fue creado por Decreto Supremo del 24 de septiembre de 1831, en el gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz. Pero su fundación de esta villa data del 4 de julio de 1574, por Luis de Fuentes, quien le acuñó el nombre de “Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarixa”, en honor –se dice– a Francisco de Tarija, “supuesto miembro andaluz de la expedición de Diego de Almagro”, por eso la denominación de “Tarija, la Andalucía de América”. Pero, hasta el día de hoy, no hay documento histórico alguno que respalde esta teoría, sólo la memoria oral del lugar. Asimismo se desconoce si la palabra “Tarixa” sea de origen castellano o indígena.

Sin embargo, el historiador y director del Archivo Histórico de Tarija, el tarijeño Elías Vacaflor Dorakis, el 2011, afirmó:

En el año 1535 la expedición de Diego de Almagro se organizó en siete grupos de españoles que partieron consecutivamente desde Cusco hacia el sur siguiendo el camino del inca. En el primer grupo estaban los españoles Juan de Sedizo, Antonio Gutiérrez y Diego Pérez los cuales llegaron a Tupiza a inicios de agosto de 1535, allí supieron de la existencia de una ciudad abandonada que se hallaba "bajando" hacia el este del camino del inca, de este modo alcanzaron al hoy llamado Valle de Rosillas, donde encontraron las ruinas del Antigal cercano a Alizal.
Esas ruinas eran las de Tulku Marka (Laberinto Fuerte) en las cuales algunos edificios parecían torretas o torrecillas (pequeñas torres).
Por el aspecto de las "torretas" halladas en Tulku Marka por el equipo de Diego de Almagro, y por las características del valle, los españoles encontraron algunas semejanzas con el valle español de Torija, de este modo llamaron inicialmente al valle de Rosillas “valle de Tarija” ya que tarija era una palabra árabe andalusí que significaba torreta.
Todo ello habría ocurrido 39 años antes de la fundación de la Villa de San Bernardo de Tarixa.
Finalmente, con la radicación de colonos españoles, sobre todo andaluces y vascos, que, mestizados con los indígenas, se dio lugar a la actual cultura gauchesca y al estilo de vida popularmente conocido como la del "chapaco".
Los chapacos son los principales productores del vino de altura de Bolivia. [3]

Es así que en la plaza de Tarija, Plaza Luis de Fuentes, se exhibe la imagen de su fundador Luis de Fuentes. Y el otro personaje famoso que tiene la región es el héroe de la independencia Eustaquio Méndez, conocido como el “Moto Méndez”.

De este modo “Tarija la Linda" o “La Ciudad de las Flores”, como también se lo conoce, se instituyó en departamento con tradiciones y costumbres, no sólo con influencia de los españoles (vascos y andaluces) sino también con los “de los tomatas, los quechuas y los chiriguanos”[4].

Y en sus celebraciones solemnes, la uva y el vino se establecieron en elementos culturales fuertemente cohesionadores, por lo que siempre están presentes en cada festividad, para la convivencia entre los pobladores, invitados y visitantes. Es este proceso histórico de apropiación cultural que a continuación veremos.

1. Introducción de la uva en Bolivia: La Viticultura[5].

A mediados del siglo XVI, la vid  (cepa de uva) llega al Bajo Perú (Cuzco) desde Centroamérica, luego se irradia al Alto Perú (Bolivia) y Chile, y de éste último a la Argentina.

Así las primeras plantaciones de vid en Bolivia se establecieron en Mizque, departamento de Cochabamba. En esta zona, sede arzobispal en la colonia, fue el lugar donde se elaboraron los primeros vinos para el uso de celebraciones litúrgicas, siendo también la uva del lugar parte de la dieta tradicional de los colonizadores.

Posteriormente, la producción se extiende a Camargo, Chuquisaca, donde se utilizó la vid para la fabricación del singani, conocido como pisco, bebida típica de la época colonial y muy consumida en las minas de plata del Cerro Rico del departamento de Potosí, ubicado a una altura de 4.000 metros sobre el nivel del mar y con una población de 160.000 habitantes aproximadamente, mayor a Paris y Londres, en ese momento.

El Virrey del Perú, Francisco de Toledo, en 1572, había instituido en el lugar una especie de esclavitud, el trabajo (“mita”) obligatorio en las minas, en el que los trabajadores mitayos, para mantener sus energías y soportar duras jornadas debieron masticar hoja de coca y consumir alcohol en exceso. Y fue esta demanda de aguardiente que estimuló el desarrollo del singani, como otros aguardientes andinos.

La particularidad del singani, en relación del vino, se encuentra en que “la vid se somete a un proceso de destilación, dando como producto un destilado claro de vino, echo de uva Moscatel de Alejandría”[6]. En cambio “el vino es una bebida de la uva mediante la fermentación alcohólica de su mosto”[7], caracterizada por su intensidad en aroma, sabores y colores.

El cultivo de la vid y la producción de vino en el país se iniciaron con la llegada de los españoles a América, con el fin de abastecer las demandas de los Agustinos y Jesuitas, quienes debido a la inflexibilidad de la religión católica (mientras un colono español podía sobrevivir prescindiendo de su bebida acostumbrada, ninguna misa podía celebrarse sin vino) estaban obligados a usar el vino en la eucaristía; y de los habitantes españoles y mineros, que vivían en Potosí, durante el periodo de la explotación del Cerro Rico de esa ciudad, que contaba con una población de más de 160.000 habitantes (más habitantes que la cuidad de Boston).[8]

Años después, en 1584, el cultivo de la vid llega a Tarija. “El primer registro de una viña tarijeña data de 1606 en la localidad de Entre Ríos. Según los escritos del sacerdote católico Alejandro Corrado, en 1755 Tarija exportaba vinos a Tucumán y Potosí, pero no llegó a ser un importante productor como lo era el valle de Cinti en Chuquisaca, a causa de las plagas.”[9] Pero pronto se convertiría en el mayor productor de uva y el vino de Bolivia.

2.  Producción y propiedades de la uva y el vino boliviano: La Vinicultura[10].

A la producción de la uva se la llama viticultura y a la producción del vino, vinicultura, y hablar de ellas, es hablar de la historia del sur de Bolivia, especialmente de tres regiones que son características como el Cañón de Cintis (Chuquisaca), Cotagaita (Potosí) y los campos productivos del valles de Tarija, ubicados en el centro de este departamento, zona más apta para el cultivo de la vid.[11]

En conjunto, incluidos La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, en los últimos años, lograron un ascenso de la producción nacional anual de uva a 29.9 millones de kilos, destinados a la comercialización de uva de mesa y a la utilización como insumo para la producción del vino –que asciende a 5 millones de litros– y el singani –que suma a 4.6 millones de litros–.[12]

De acuerdo a expertos, la altura de las regiones en el que se cultiva y produce la vid en Bolivia, de entre 1700 y 2400 metros sobre el nivel del mar, es favorable a la nutrición de la uva, haciendo elevar su riqueza aromática, por la intensa exposición a los rayos ultravioletas, más que en otras regiones del planeta. Y esta característica hace que los vinos producidos en el país sean distintos y tengan identidad propia. De aquí el denominativo “Vino de Altura”, justamente por sus propiedades particulares que presenta, que lo hace diferente de otros vinos.

Una de esas propiedades es el elevado contenido de “resveratrol”, un compuesto químico que ha saltado a la fama a raíz de que es un antioxidante que detiene el envejecimiento celular.
El resveratrol y la altura tienen una relación directa, debido a que esa sustancia se forma por efecto de la radiación ultravioleta (RUV) sobre la cáscara de la uva.
A mayor altura, mayor cantidad de resveratrol en el vino. [13]

Por su lado, el investigador de vinos de altura William Harvey, sostiene que “los vinos tintos elaborados con uva producida entre 800 a 1500 metros sobre el nivel del mar, tienen una concentración entre 2 y 6 veces más polifenoles (substancias antioxidantes)”[14].  Es decir, las uvas que concentran más radiación ultravioleta sobre su cáscara, más antioxidante generan, y esta cualidad –según investigaciones– tiene potenciales beneficios para la salud, reduciendo entre otros, el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares.

PROPIEDADES ESPECÍFICAS DEL VINO

Valor Alimenticio
Valor Calórico
Contenido Vitamínico
Contenido de
Sales Minerales
Efectos Bioquímicos del Vino sobre el Organismo
El vino es una bebida, pero la riqueza de los elementos que la integran hace del vino un verdadero alimento líquido de incomparables virtudes.
Depende esencialmente de dos factores: grado alcohólico del vino y azúcar que contiene. El número de calorías que aporta un litro al organismo varía de 600 a 1000 calorías, con una media de 600 a 700 para los vinos tintos.
Los vinos blancos licorosos son ricos en azúcar, y, por tanto, son más calóricos que los blancos secos. Los vinos dulces  naturales, los vinos de licor, son los más cargados de calorías.
El vino aporta al
organismo todas
las vitaminas
contenidas en la
uva, estas son:
Vitamina C, B2
(Riboflavina),
Vitamina B3. Y otras.
Contiene Azufre, Fósforo, Cloro, Sodio, Potasio, Magnesio,
Calcio, Hierro,
etc.
En primera instancia, el vino facilita la digestión. Esta bebida contiene una enzima (diastasa) análoga a la del jugo digestivo, lo que coadyuva a una buena digestión, especialmente de los prótidos (carnes, pescados, ostras, quesos).
El vino es también antiséptico, es decir, el poder bactericida del vino es debido al alcohol, ácidos que contiene, a su tanino, al ácido sulfuroso y a los éteres Por lo tanto, es aconsejable en casos de disentería.
El vino posee propiedades antioxidantes:
El contenido de flavonoides y otras propiedades convierten al vino en un agente terapéutico en la profilaxis de enfermedades contagiosas y febriles y en ciertas infecciones tóxicas, como la gripe.
Fuente: Alejandro Paniagua Requena, “Identificación, Mapeo y Análisis Competitivo del Cluster de Uvas, Vinos y Singanis del Sur de Bolivia”, en Programa Andino de Competitividad (PAC), Corporación Andina de Fomento (CAF), 2008.

Por estas características del vino de altura boliviano, su producción se convirtió en industria de calidad y de exportación exclusivo a los países de China, Estados Unidos de Norte América, Alemania, Japón y España. Y con esta apertura de mercados, la cadena de uvas, vinos y singani sacó de la extrema pobreza a 2300 familias en la primera década del presente siglo; pero además, para el futuro se pronostica sacar a más familias de la pobreza por cada hectárea que se incremente. Pues, según el estudio “Socio-económico de la Cadena de Uvas, Vinos y Singanis”, realizado por la Fundación FAUTAPO, se prevé “que para que una familia campesina abandone su condición de extrema pobreza le basta con cultivar 0.6 hectáreas de uva”.[15]

Este progreso de la vinicultura y la viticultura boliviana se debió gran parte al abandono de la producción artesanal colonial –que estuvo vigente hasta mediados del siglo XX–, a la introducción de nuevos métodos y tecnología industrial al sector, a la mejora de suelos y a la inyección de fuertes inversiones, que, en los hechos, elevaron la calidad del vino. Surgiendo así la moderna industria vinícola boliviana.

Y a inicio del siglo XXI, las inversiones corrieron para traer al país las mejores variedades de vid del mundo, produciendo, desde entonces, una variedad de vino tinto –como Cabernet Sauvignon, Malbec, Barbera y Merlot– y de vino blanco –como Riesling, Franc Colombard y Chardonnay–.

Por su parte, el gobierno de Evo Morales (2015-2020), a fin de fomentar la producción y comercialización de la uva, el vino y el singani y la apertura de nuevos mercados, el 4 de enero del año 2016, promulgó la Ley N° 774 de Promoción de la Uva, Singani, Vinos de Altura Bolivianos y Vinos Bolivianos, que en su artículo primero declara al “Singani y Vinos Bolivianos como Patrimonio Cultural del Estado Plurinacional de Bolivia”.

3. La producción de la uva y el vino en Tarija.

De un tiempo a esta parte, Tarija, por su suelo y su clima, se convirtió en la zona con más cultivos y producción de la vid,teniendo un rendimiento de 6,80 TM/Ha (Toneladas métricas sobre hectárea), seguido por Chuquisaca con 5,81TM/Ha”[16]. Pues del total de superficie cultivada en Bolivia, el 80 por ciento se encuentra en este departamento, de las cuales el 72.8% se encuentra en la provincia Avilés, el 25.1% en Cercado, el 1.6% en Arce y el 0.5% en Méndez.[17]

O sea, de acuerdo a Alejandro Paniagua Requena (2002), que del total de 3.044 hectáreas cultivadas de vid, dos tercios se encuentran en el valle de Tarija, y el resto en el valle de Cinti, Chuquisaca, y en los valles de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí.

COMPARACIÓN DE DATOS SOBRE SUPERFICIE PRODUCTIVA DE VID EN BOLIVIA EN BASE A DIFERENTES INSTITUCIONES

Zona del Departamento
INE[18]
Has.
CENAVIT[19]
Has.
CIDERI[20]
Has.
FDTA
Valles[21]
Has.
Datos considerados
Has.
Valles de Tarija
1,090.0
1,996.0

1,996.0
1,996.0
Valles de Chuquisaca
1,385.0
345.0
1,373.4
344.0
400.0
Valles de La Paz
392.0
220.0

50.0
220.0
Valles de Santa Cruz
72.4
160.0

50.0
160.0
Valles de Cochabamba
274.6
100.0

40.0
100.0
Valles de Potosí
564.7
168.0

10.0
168.0
TOTALES
3,778.7
2,989.0
1,373.4
2,490.0
3,044.0
Fuente: Alejandro Paniagua Requena, “Identificación, Mapeo y Análisis Competitivo del Cluster de Uvas, Vinos y Singanis del Sur de Bolivia”, en Programa Andino de Competitividad (PAC), Corporación Andina de Fomento (CAF), 2008.

Ahora bien, se estima que del total de la producción de la uva de Tarija, un 48 por ciento es destinado a la producción de vino y singani –facturando 18 millones de dólares–, y lo demás a la venta de uva de mesa –que alcanza a facturar 6 millones de dólares–, haciendo ambos un total de 24 millones de dólares de la venta de la producción nacional.

Y la zona que se constituye más privilegiada para el cultivo de vid, es el valle central tarijeño, que cuenta con una extensión de más de 2700 hectáreas, integrada por San Lorenzo, Cercado y Uriondo.

Así se formó la cadena de uva, vino y singani que contribuyó a consolidar “la ruta del vino” en Tarija, con ello al turismo y a la dinámica de la actividad económica de esta región, que repercute en la generación de empleo, especialmente en lo que hace al turismo, gastronomía y hotelería.[22]

Con todo esto, varios estudios afirman que “Bolivia tiene en sus valles una actividad vitivinícola potente; la cual con los años mejora en cantidad y en calidad de producción; haciendo de Bolivia un país potencial y competitivo en el ámbito de la vitivinicultura internacional”[23].

4.  La uva y el vino como cohesionador social-cultural.

Para Juan Riera Palmero (2014), “el vino tiene una larga tradición como aglutinador social”. Es por eso que “un sinfín de culturas y de civilizaciones a lo largo de la Historia, todo se unía en torno al vino. Tanto en ceremonias rituales y religiosas de la antigüedad, como en comidas, cenas y banquetes, el vino es un alimento especialmente compartido y cuyo consumo ha representado un factor de cohesión social”. [24] 

Esta premisa no es ajena en Bolivia, se hace tangible, observable y fuertemente arraigada en Tarija. Pero en este departamento, no sólo el vino se patrocina como aglutinador social, sino también la uva; juntos forman parte de fiestas y tradiciones solemnes; convirtiéndose así en un significado cultural material e inmaterial, ya que Tarija es sinónimo de “uva y buen vino”.[25]

La participación de estos comestibles en celebraciones macros –en donde toda la población participa en ambientes abiertos como plazas, calles, avenidas…– y micros –en el que los miembros de la familia participan en ambiente cerrado como el domicilio, locales de fiestas…–, se puede rastrear desde inicio hasta la culminación del año. O sea, la uva y el vino nunca están ausentes, siempre están presentes en año calendario en cuanta actividad se presente. Veamos algunas representaciones: entre las más destacadas de la región están las festividades del año nuevo; Carnaval, la tradición de “Compadres y Comadres”, y la “fiesta de la vendimia”.

FIESTAS Y TRADICIONES DE TARIJA

Fiestas
Descripción
Fiesta de Año Nuevo: "Flores Nuevas"
El 31 de diciembre, con la espera de la bendición de Dios entre los que están reunidos en espera del ¡Año nuevo!
Carnaval Chapaco:
"Compadres y Comadres"
El penúltimo domingo antes del carnaval o bien el jueves de compadres, se van preparando las comparsas que dan realce y alegría a estos días de libertinaje. Para la efectividad de estos festejos existe la tradicional costumbre de los "compadrazcos". Dentro de sus relaciones íntimas las mujeres de toda clase social debían mandar un obsequio a la persona escogida, consistente en una pequeña torta de masa debidamente elaborada y adornada con flores y albahacas, serpentinas, banderitas de papel de seda de colores, etc.
La Pascua Florida:
"Mañanitas de Pascua"
Es una de las fiestas más sobresalientes del folklore tarijeño que se la festeja en la ciudad como en algunas provincias del departamento, con hermosos festivales donde se puede apreciar la rueda típica chapaca del zapateo al compás de un violín chapaco, se ve belleza y colorido formado por grupos de campesinos de las diferentes regiones de la campiña Tarijeña. También se elige a la reina de la "Pascua Florida".
San Juan: "El Santo del Campesino"
Se festeja el 24 de junio la festividad de San Juan, con algunas demostraciones de culto exterior, entre las que sobresalen las fogatas que se encienden la noche anterior (vísperas). San Juan, es el Santo del Campesino, puesto que hace llover cundo hay sequía, naturalmente el chapaco es su fiel devoto y le rinde toda su fe y confianza, porque las veces que se le ha pedido una súplica ha realizado el milagro.
Santiago: "El Abogado del Pueblo"
Esta fiesta se festeja el 25 de julio. Dice la tradición que Santiago era fiesta de lustre por sus briosos caballos y el lujo de sus ensillados, todos chapeados en plata fina. El coraje de sus jinetes y las fuertes apuestas en sus carreras dan solemnidad y alegría a esta fiesta.
Santa Anita: "Alasitas"
Comienza el día 26 de Julio y tiene la duración de una semana. En esta Feria se expone artículos tradicionales como instrumentos típicos de la región muy bien elaborados, además que los que más resalta es la gran variedad de miniaturas que traen los comerciantes para vender desde el interior del país. Dentro de las miniaturas se puede encontrar de todo desde dinero, artefactos domésticos, casas, autos, vestimenta, etc.
Cabe resaltar la variedad de masas que preparan las personas especialistas todas en miniaturas. Y sobre todo la comida criolla típica de Tarija.
San Lorenzo:
"Santo Patrono del Pueblo"
Se festeja el 10 de agosto en la localidad de San Lorenzo. Consiste en una misa, procesión que es anunciada por el repique de las campanas y revienta de camaretas; el santo San Lorenzo es acompañado en procesión por los Chunchos, cañeros, bombo, quenilla y tambor. Culminando con una gran fiesta en el pueblo donde se sirven una gran variedad de comidas típicas acompañados por la rica chicha.
Chaguaya:
"Peregrinación al Santuario"
Hoy y siempre, el tarijeño que vive en su tierra o los que emigraron se reúnen y cumplen todos los años la promesa de peregrinación al Santuario de Chaguaya que se encuentra a 60 Km. Un verdadero enjambre humano que se manifiesta en miles de creyentes, entre el 15 de agosto y 14 de septiembre, inician su caminata desde la Ciudad bien preparados para enfrentar el largo camino.
La Virgencita de Chaguaya está y estará siempre en su santuario y en el corazón de todos los tarijeños que viven junto al molle y al sauce o de los que tuvieron que alejarse de su sombra.
San Roque: "El Médico del Pueblo"
(Fiesta Grande de Tarija)
Esta devoción para el tarijeño, tiene gran trascendencia. Es la fiesta más popular de Tarija, es el santo llamado "Patrón San Roque" más reverenciado desde la colonia, para quién tiene el pueblo y el campesinado, una mística devoción. Esta tradición se mantiene y se mantendrá a través de los años, de generación a generación; ¡Es inmemorial.....!
El instrumento resonante de esta fiesta, es la caña; que significa para el tarijeño, su pasado y su presente.
Hay que agregar a esta manifestación, la solemnidad de los Chunchos, que delante del santo van ejecutando sus danzas al compás de una quenilla y tamborcito.
Festividad de la Virgen del Rosario: "La Fiesta de las Flores
Se la festeja el segundo domingo de octubre en la estación primaveral. Es una fiesta tradicional por su austeridad y recato; tanto es así que está calificada como la fiesta poética de Tarija por su formación panorámica y estética. La fiesta en sí tiene un carácter muy religioso, de mucha severidad tratándose de la Virgen, Madre suscitaba mucho respeto y devoción.
Todos Santos: "El día de los Difuntos"
Esta costumbre religiosa, que consiste en la elaboración de muñecos y pastas de harina, adornados de todos colores, pintados con sustancia vegetal.
Esta fiesta religiosa al igual que en otras partes, se circunscribía a ofrendar flores en las tumbas de los difuntos añorados.
Navidad: "Adoración a los niños Dioses"

Esta fiesta es la más rica de nuestro folklore. Su tradición se la mantiene con mayor realce que antaño. Como se trata de una costumbre tan sana e inocente, el tiempo ha sido consecuente para conservarla en su auge y quizá ahora con mayor devoción.
Todo esto es muy atrayente si están acompañados con el palo de trenzar. Siendo este, un mástil de seis metros de largo, con una rueda en la punta, de donde penden cintas de diversos colores, para trenzar y destrenzar. Son niños y niñas quienes con habilidad trenzando, lo envuelven y desenvuelven al palo, cantando hermosos "Villancicos" de su preferencia.
Fuente: “Fiestas tradicionales”, en http://culturaytradic.com/.

4.1.  El año nuevo.

La tradición cuenta que a la llegada de un nuevo año, los tarijeños celebran bajo la consigna de “año nuevo, flores nuevas”. Pues al linde del viejo año, las familias se congregan en cada domicilio, y cuando la perilla del reloj marca las cero horas todos se confunden en abrazos, besos, bendiciones y en vaticinios de venturosos días llenos de dicha y salud.

En acto seguido, viene el banquete con el champagne[26], el vino, la cerveza y el platillo tradicional de la Picana de cordero y gallina o un Pavo Relleno que para su sazón es rociado con “licores finos, vinos criollos y la exquisita cerveza ‘quilmes’ paceña, como también la ‘taquiña’” [27]. Y en las zonas rurales, la tradición sigue el mismo curso con el banquete y las bebidas, más su “agua i’anchi”, bebida espirituosa. 

Es así que en Tarija, en esta celebración católica, “se preludia su folklore y se recuerda el pasado. Los más se visten de trajes nuevos este día, porque de no hacerlo así, tienen la abusión de no ‘estrenar’ durante el año”[28]. Y el instrumento típico que se toca es el "erque”, además de ser matizada con coplas populares.

4.2.  El carnaval.

Esta festividad se hace real en tres momentos: el “compadrazgo”, el carnaval en sí y el Domingo de Tentación.

Dos semanas antes a la fecha de Carnaval, en día jueves, los tarijeños activan el tradicional “compadrazgo” con el “jueves de comadres”, fiesta de preludio en que se preparan las comparsas y en que las mujeres de toda condición social –campo/ciudad– escogen a una “persona preferida” varón de su entorno para comprometerlo como “Compadre”, remitiéndole un canastón colmado de “una pequeña torta de masa debidamente elaborada y adornada con flores y albahacas, serpentinas, banderitas de papel de seda en colores etc., añadiéndose a todo esto su ‘pavo relleno’ o bien su chanchito al horno o un cordero vivo bien pintado envuelto en serpentinas y enflorado”[29].

El jueves siguiente, “jueves de compadres”, le toca al Compadre devolver la gentileza o el compadrazgo a la Comadre, pero esta vez con “algunos objetos valiosos o bien algunas botellas de licor destinadas para el festejo”, en el que, por supuesto, no falta el vino tarijeño. Pero no sólo eso, sino que, como demostración de aprecio y amistad sincera, en la lista de invitados a su domicilio no deben faltar las relaciones íntimas de la Comadre. Todo esto, según Mauro Molina (1997), al anfitrión le demanda un serio compromiso económico.

En casa, en una atmósfera cordial y acogedora, con el gesto de “le invito compadre y le pago comadre”, se inicia la fiesta al son de la guitarra, el piano o la orquesta y los brindis ininterrumpidos con vino del lugar y finos licores.

Finalmente llega el domingo de carnaval, día en que la venta de aditamentos para la ocasión se extiende por calles y plazas, haciendo ambiente a las comparsas que, al compás de las bandas de música, recorren cantando coplas populares de referencia al derroche de alegría y –otros también– al licor y al vino: “…Unos con guitarras y otros con botellas, y toditos bailando vamos con las bellas…”[30]
        
De acuerdo a la tradición, al día siguiente, lunes, las comparsas y las personas de la ciudad se trasladaban a “Tomatitas” –localidad a cinco kilómetros de la ciudad– para continuar con la fiesta, pero esta vez acompañada de chicha de uva y el infaltable vino.

En todas las casas que expedían chicha, colgaban de una caña en las puertas banderitas coloradas de trapo con borlitas de hilo en colores llamando a la chicha; los erques resonaban por todas las huertas; ruedas multicolores, canto, baile, música y rica chicha en abundancia. El camino y los patios de las casas, estaban colmados de ruedas llevando por delante una chacra en alto adornada con quesillos y albahacas, la misma que guiaba a la rueda cimbreándose en todas direcciones al son del erque cantarino, bombo y cajita. Algunos seguían detrás de la rueda portando en la cabeza canastones de choclos, con quesillos, tomates, repollos, zapallos, y botellas de chicha y vino adornados con flores, serpentinas y albahacas. Luego los alegres bailarines regresaban a la casa donde estaban tomando a servirse nuevamente sus ”yambuis” de chicha siempre con su alegre "erque" bombo y cajita y sus coplas populares de carnaval.
Por aquellos tiempos las pulperas tenían la costumbre de convidar los famosos pucheros, chancao, o bien ají de arroz con gallina a la gente que hacía gasto en chicha.[31]

Luego de una pausa, llega el “domingo de tentación”, donde las comparsas vuelven de pie para dar adiós al carnaval con otra “tupida tomada”, canto, baile y una ceremonia al ocaso de este día, en el que un muñeco estropeado es “llevado sobre callapu en medio de una gran caravana de gente que seguía ‘el entierro’, acompañaba también la viuda del carnaval y dolientes llorando por detrás, mientras iba por delante una rueda grande de chapacos bien alegres con el erque y bombo”. Luego “se solía cavar un hoyo y al compás de coplas de carnaval se enterraba al muñeco para luego desenterrarlo el domingo siguiente y ser guardado por el alférez hasta el año entrante”. Pero en el trayecto, los acompañantes rociaban al “difunto” vino y chicha.[32] Así se daba y se da fin a otro capítulo carnavalesco.

Esta tradición chapaca es recién reconocida como patrimonio cultural de Tarija un 16 de marzo del año 2015, fecha en el que la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija se dispuso a sancionar la Ley Departamental N° 125 de “Promoción y Fomento con la Asignación de Recursos al Carnaval Chapaco como Patrimonio Cultural e Intangible del Departamento de Tarija”.

La presente ley tiene por objeto asignar recursos para fomentar y promocionar al carnaval “Chjapaco por ser de interés departamental y patrimonio cultural e inmaterial del Departamneto de Tarija como expresión viva y de salvaguarda de los valores de la cultura tradicional y popular, así como sus vestimentas, danzas, música, mitos, costumbres, tradición y folklore, que le otorga identidad departamental y significativa importancia económica, social y cultural.[33]   

4.3.  La celebración de la vendimia.

El Valle de Concepción se encuentra a 24-30 kilómetros de la ciudad de Tarija; pertenece al municipio de Uriondo, de la provincia Avilés, y fue fundado en 1574.

Esta población es peculiar por la producción de uvas y el buen vino de altura, convertida en tradición; actividad que se remonta a religiosos jesuitas que se afincaron en el lugar en la colonia y comenzaron a cultivar vides, pues el clima y la abundancia de agua para el riego ayudaron. Pero, mucho después, fue en la región de Santa Ana La Nueva donde “Julio Kohlberg Chavarría instaló la primera viña productora para los vinos de su marca”[34]. En seguida esta actividad se expandió hacia el sur y norte de Tarija.

Esta característica particular de Concepción, más la fiesta de la vendimia, le hizo y hace un atractivo turístico, que entorno a ella se advierte varios trabajos de distintas áreas y disciplinas. Veamos algunos.

Álex Ayala (periodista), Juan Gabriel (fotógrafo) y Daniel Platt (investigador social), después de la visita al Valle de Concepción en 2011, se llevan la impresión de que “lo que más caracteriza a esa región son sus pobladores, dueños de un sentido del humor único” y singular. Y concluyen: “Willer Flores dice que los fósiles son el secreto para que el vino acá tenga un sabor único. Jesús Romero,  que en su hospedería beben más que el Papa y toda su curia. Y Leonardo Gallardo, abstemio vocacional, asegura que tomar es pecado. Ascenso al cielo y descenso a los infiernos en el paraíso de la uva”.[35]

Además de su calidad de gente, un otro atractivo de esta población es la “fiesta de la cosecha o de la vendimia”, que se celebra cada marzo, en devoción a Baco, el dios del vino, donde las uvas de todos los tamaños y tonos –verde oscuro, amarillas y rubíes– y el vino son protagonistas principales. Con esta celebración, se pone fin al cultivo de la vid y se da el inicio a la cosecha de la uva y a la producción de vino.

Actualmente, todo empieza con la “Feria Arte y Vino”, donde se fusionan pobladores y artistas nacionales y extranjeros, en la comunidad. Estos últimos plasman “la imagen del dios Baco rodeado de una laguna de vino”[36] en asfaltos y paredes de las calles. “En la actualidad, gracias a la iniciativa de unir el arte con el vino, Uriondo cuenta con unas 120 obras de arte contemporáneo, que la hace acreedora de una de las muestras de arte más grandes de Bolivia y que ahora son parte del patrimonio cultural del municipio.”[37] Y el año 2017, los murales se trabajaron en 3D.

Al respecto, Álvaro Ruíz, alcalde de Concepción, el 2014, señaló: “Queremos hacer del Valle de la Concepción un museo a cielo abierto para pobladores y turistas. Por eso, hace ya tres años, surgió la idea de invitar a artistas nacionales y de otros países para que vengan a realizar murales y esculturas”[38].

Luego, la festividad continúa con la tradicional “pisa de la uva”, acto que “simboliza el final oficial de la vendimia o cosecha de uva, para iniciar los procesos de producción de vino y otros derivados”[39]. Para la ocasión, en el centro de la plaza se prepara un lagar[40], en el que las autoridades y varones de la comunidad vacían cajas y cajas de uva, seguidamente pisadas por “las representantes de Comadres Uvitas, junto a la reina y las princesas de la vendimia, al ritmo de cacharpayas”[41].

Pero previamente, se realiza una feria exposición de la vid alrededor de la plaza del Valle de Concepción, instalándose productores de distintas asociaciones del valle central de Tarija. Asimismo, al inicio y final de la vendimia, se programan festivales con grupos folklóricos y electrónicos de distintos géneros, nacionales y extranjeros.

Y mayoría de la gente, entre pobladores y visitantes, hacen derroche de alegría, creando ambiente, “donde el festejo y el beber vino dura hasta la madrugada, o hasta que el cuerpo resista”[42].

Conclusión.

Tarija es un espacio de herencia colonial y pueblos pre coloniales, de valles hermosos –cálido y agradable para el descanso y el disfrute de la naturaleza–, de los copleros y el buen vino. Este último, precisamente, es una de sus particularidades, traducido en el cultivo de uva, la producción de vino y distintas costumbres y fiestas tradicionales que giran al derredor de ellos, que dinamiza el sentimiento regional de este pueblo.

Esta cualidad hizo de Tarija, principalmente en el Valle de Concepción, el punto de encuentros de jóvenes y adultos, provenientes de distintos lugares del país y del mundo, que contagiados de la alegría y hospitalidad de los tarijeños se hacen parte de celebraciones, donde la uva y el vino son los fieles acompañantes, no faltan en la mesa.

En consecuencia, a lo largo de los años, la uva y el vino se constituyeron en parte de la identidad chapaca y aglutinador de propios y extraños, por lo que las autoridades nacional y local promueven las fiestas tradicionales como atractivos turísticos, así como pasa con la celebración de la vendimia chapaca.

Pues se dice que “la primera edición de esta celebración se llevó a cabo en 1985, casi 25 años después de que en Tarija se dejó de producir la vid de forma criolla y rudimentaria, para pasar a constituirse en una productora industrial”[43]. Y años más tarde, en marzo de 2017, el alcalde de Uriondo, Álvaro Ruíz, señaló que “luego de treinta y dos años estamos presentando una vendimia que puede ser una de las actividades, como atractivo turístico, más importantes de nuestro departamento, proyectando a Uriondo hacia Bolivia”[44].

Es decir, que la tradición de la vendimia ya se había ensayado años atrás de volverlo atractivo turístico a nivel nacional e internacional, pero se lo dejó, y en este tiempo se vuelve a retomar la iniciativa.

Referencias bibliográficas.

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·         Ley N° 774 de Promoción de la Uva, Singani, Vinos de Altura Bolivianos y Vinos Bolivianos, 2016.
·         Ley Departamental N° 125 de “Promoción y Fomento con la Asignación de Recursos al Carnaval Chapaco como Patrimonio Cultural e Intangible del Departamento de Tarija”, 2015.






[1] Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social, maestrante en el programa de Postgrado de Historia de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), La Paz, Bolivia.
[2] “División Política del Departamento de Tarija”, en Geografía de Bolivia, Bolivia, Ed. Corazón, 2010, 16.
[3] “Bolivia: Uva-Vino-Singani”, en Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, 2013.
[4] “Cultura y Folklore”, en http://lapatriaenlinea.com/?nota=77890.
[5] Se refiere a la producción –cultivo y manejo– de la vid  (Diccionario Enciclopédico Líder, 2015).
[6] “Inicios de la producción de vino en Bolivia”, en https://sites.google.com/site/vinosdebolivia/historia-del-vino-en-bolivia.
[7] “VINO”, en Instituto Boliviano de Comercio Exterior-www.ibc.org.bo.
[8] Alejandra Buitrago S., “La vitivinicultura emergente en Bolivia y las oportunidades para el Singani” / “The
emerging viticulture of Bolivia and opportunities for Singani”, en RIVAR, Vol. 1, N° 2, ISSN 0719-4994, IDEAUSACH, Santiago de Chile, mayo 2014: 90-102.
[9] “Inicios de la producción de vino en Bolivia”, Ibíd.
[10] Se refiere al conjunto de conocimientos, sistemas, procesos, etc., necesarios para elaborar el vino. Es decir, a la producción del vino.
[11] “El Vino en Bolivia”, en https://sites.google.com/site/vinosdebolivia/vino-boliviano.
[12] “Bolivia: Uva-Vino-Singani”, Ibíd.
[13] Ibíd., 12.
[14] Ibíd., 13.
[15] Ibíd., 16.
[16] “El Vino en Bolivia”, Ibíd.
[17] Antonio Lobato y Sergio Prudencio, Análisis de la Viticultura de Mesa en Bolivia, Fundación para el Desarrollo Tecnológico Agropecuario de los Valles, Tarija, 2002.
[18] Instituto Nacional de Estadísticas.
[19] Centro Nacional Vitivinícola.
[20] Centro de Investigación para el Desarrollo Rural Integrado.
[21] Fundación para el Desarrollo Tecnológico Agropecuario de los Valles.
[22] “Bolivia: Uva-Vino-Singani”, ibíd., 17.
[23] Alejandro Paniagua Requena, “Identificación, Mapeo y Análisis Competitivo del Cluster de Uvas, Vinos y Singanis del Sur de Bolivia”, en Programa Andino de Competitividad (PAC), Corporación Andina de Fomento (CAF), 2008.
[24] Juan Riera Palmero, “El Vino y la Cultura”, en An Real Acad Med Cir Vall, vol. 51, 2014, 203.
[25] “Bolivia: Uva-Vino-Singani”, Ibíd., 18.
[26] Es un cóctel de exquisito moscatel.
[27] Mauro Molina Balza, Tarija canta su folklore, Tarija, 1997.
[28] Ibíd.
[29] Ibíd.
[30] “Fiestas tradicionales de Tarija” (2015), en http://www.elpaisonline.com/index.php/2013-01-15-14-16-26/cantaro/item/157760-fiestas-tradicionales-de-tarija.
[31] Mauro Molina Balza, Ibíd.
[32] “Fiestas tradicionales de Tarija”, Ibíd.
[33] Artículo uno (Objeto) de la Ley Departamental N° 125 de “Promoción y Fomento con la Asignación de Recursos al Carnaval Chapaco como Patrimonio Cultural e Intangible del Departamento de Tarija”, 2015.
[34] “El festejo de la Vendimia Chapaca y su evolución en el tiempo”, en http://elperiodico-digital.com/2017/03/13/el-festejo-de-la-vendimia-chapaca-y-su-evolucion-en-el-tiempo/.
[35] Álex Ayala, Juan Gabriel y Daniel Platt, “El Valle de los Viñedos”, en Miradas, Viaje al Corazón de Bolivia, 2011, 12.
[36] “Todo lo que necesita saber para disfrutar de la Vendimia Chapaca 2017”, en http://elperiodico-digital.com/2017/03/18/todo-lo-que-necesita-saber-para-disfrutar-de-la-vendimia-chapaca-2017/.
[37] Ibíd.
[38] “Uriondo”, en http://www.la-razon.com/suplementos/escape/Uriondo-vendimia-celebracion-miles-visitantes_0_2031996872.html.
[39]  “La pisa de la uva concluyó la Vendimia Chapaca 2017”, en http://www.elpaisonline.com/index.php/2013-01-15-14-16-26/local/item/248635-la-pisa-de-la-uva-concluyo-la-vendimia-chapaca-2017.
[40] Lugar donde se pisan las uvas para obtener mosto.
[41] “La pisa de la uva concluyó la Vendimia Chapaca 2017”, Ibíd.
[42] “Uriondo”, Ibíd.
[43] “El festejo de la Vendimia Chapaca y su evolución en el tiempo”, Ibíd.
[44] “La pisa de la uva concluyó la Vendimia Chapaca 2017”, Ibíd.

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