Continuando con la campaña mitomaniaca, la estrategia tenía como base una vez más la mentira, sobre que el Gobierno despilfarra dinero en el Dakar antes de atender la carencia de agua en La Paz.
@ ABRAHAM SAHUA | mympolitikon BOLIVIA
abrahamsahua@gmail.com
La campaña del “NO al Rally Dakar”, activada en las redes sociales, fue una amenaza que ya había advertido días atrás la reducida y famélica clase conservadora, después de anoticiarse que los movimientos sociales de Bolivia habían acordado nuevamente postular a Evo Morales a la presidencia el 2019, para hacer realidad la Agenda Patriótica 2025, apelando a cuatro recursos constitucionales.
La reacción salió al
paso. “Hemos decidido organizarnos para declarar al 21F (21 de febrero de 2016)
como el día de defensa de la democracia, mediante una resistencia activa en las calles”[1],
tronó furibundo Iván Arias, analista político de la opositora Unidad Nacional
(UN).
Y una de las
resistencias, en la agenda, previo al veintiuno de febrero, era el rechazo a la
realización del Dakar, con la consigna “Agua Sí, Dakar No”. Esta tarea lo habían
encargado a Guillermo Paz[2],
otro operador político de la UN, anteriormente del partido Nueva Fuerza
Republicana (NFR) de Manfred Reyes Villa que fugó de Bolivia hace ocho años a los
EEUU.
Continuando con la
campaña mitomaniaca, la estrategia tenía como base una vez más la mentira, sobre que el Gobierno
despilfarra dinero antes de atender la supuesta carencia de agua en La Paz; y “ante
la ruta del despilfarro, la ruta de la protesta” era la arenga que se lanzaba en
línea y convocando a salir a protestar[3],
que en los hechos, apenas revolotearon contadas personas en la zona sur de la
ciudad, que fueron abucheadas por la muchedumbre.
La periodista Mery Vaca,
a fin a la oposición, en su columna de “Página Siete”, desencantada afirma que “no
hubo multitudes vestidas de blanco protestando contra el Dakar, ni siquiera
hubo centenares”, y que los operadores políticos opositores “creyeron que la
llegada del Dakar podía ser una buena oportunidad para revivir las protestas y
por eso convocaron a concentraciones para hacer conocer al mundo que en parte
de La Paz no hay agua y que, pese a esa urgencia, el Gobierno despilfarra
dinero en la organización de una carrera que deja dudosos beneficios para el país”.
Que “las redes sociales –continúa
Vaca– se llenaron de mensajes antiDakar, de reivindicación del derecho al agua,
de críticas al Gobierno y de un aparente apoyo a la protesta. Sin embargo, quedó comprobado, una vez más, que las
redes son una cosa y la realidad es otra”. Y que “las pocas personas que
salieron a protestar fueron arrinconadas”[4].
Mientras la
valoración del Gobierno, de la Amaury Sport Organisation (ASO) y del pueblo boliviano
al rally Dakar 2017 fue de cien puntos. Por lo tanto, lo positivo se había sobrepuesto
a lo negativo. El ¡SÍ! pasó por encima del NO desgastado que tal parece ya no hace efecto en el boliviano y la boliviana; tal vez sólo algún escozor.
[1] “Movimiento ciudadano exige
respeto al voto democrático: Plantean declarar al 21 de febrero ‘Día de la
Defensa de la Democracia’”, en El Diario,
La Paz, diciembre de 2016.
[2] “Romero denuncia que activista
político instó la protesta contra el paso del Dakar por La Paz”, en ABI, La Paz, 6 de enero d e2017,
http://www1.abi.bo/abi/.
[3] “Junta de Vecinos de El Alto
anuncia protesta contra el rally Dakar”, en ANF,
La Paz, 5 de enero de 2017.
[4] “La fracasada protesta
antiDakar”, en Página Siete, La Paz,
10 de enero de 2017.




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