15 de febrero de 2016

Instrucción del ´Jefazo USA´: insurrección o intervención extranjera

___________________________

Llama la atención uno de sus lineamientos que ordena a hacer contacto con militares de servicio activo y de retiro “ya identificados” para encabezar una insurrección o permitan y apoyen una intervención extranjera o un levantamiento
______________________________


Desde que se habló (2015) sobre la re-postulación del binomio Evo-Álvaro el 2019 a través de un referendo constitucional el próximo 21 de febrero (21F), la oposición entró en shock y desde los junaits recibió lineamientos para descargar ira furibunda y sanguinaria.

Aunque la Vieja Política niega que recibe instrucciones desde los EEUU, la prueba es contundente, como el manual “Plan Estratégico para Bolivia”, del Instituto Interamericano para la Democracia (IID) –cuyo director es Carlos Sánchez Berzaín “Zorro”–, apoyadas por otras instituciones norteamericanas –Fondo para Estudios Americanos, FTI Consulting,  Fundación Internacionalismo Democrático, InterAmerican Institute for Democrcy (Liberty and Democracy)–, llegada hace tiempo atrás al país.

Pero esta intromisión no es de ahora sino que históricamente el gobierno norteamericano utilizó organismos para maniobrar desde la sombra a través de operadores políticos nacionales e internacionales en países que decidieron tomar autodeterminación para construirse desde adentro, lo que, obviamente, al imperio no le conviene, porque va en contra de sus intereses geopolíticos, más aún hoy cuando está en crisis. Así lo hizo en Honduras, Paraguay, Argentina, Venezuela, Brasil, por decir algo. Y lo está haciendo en Bolivia.

Dimensión del asunto.

De lo que se trata es de un juego de intereses reflejado en la concentración de los recursos naturales y su riqueza en pocas manos –para engrosar el capital de una casta– o en la mayoría del pueblo –para satisfacer las necesidades más sentidas de la vida–. No es otro el interés.

Por lo tanto, lo que se pone en pugna es qué sector de la sociedad toma el poder –la minoría, la casta apátrida, o  la mayoría, el pueblo patriota– para apropiarse o redistribuir la riqueza que genera los recursos naturales. Este es el otro punto.

Y la Vieja Política pretende regresar a ostentar el poder para volver a enajenar los recursos naturales y todo lo que se consiguió en diez años en el Gobierno del Cambio y, además, para poner en vigencia, por sobre el pueblo, sus intereses particulares.

A pocos días del 21F.

En Bolivia, la minoría –la Vieja Política antipatria y nazifascista– fue derrotada el año 2003 y diezmada el 2008, y desde entonces no escatimó en revitalizarse y volver, siempre con ayuda de la Embajada Americana, a punta de golpes fallidos, racismo puro, boicot económico, mentira, difamación… Probó toda estrategia antidemocrática, y hasta el momento, sin resultados concretos. Y eso le desespera.

Pero, ahora, a pocos días del 21F, la cosa se pone más cruda todavía. Las instrucciones de Carlos Sánchez Berzaín ´Zorro´ llegó a Bolivia con mucha toxina, direccionadas hacia el presidente Evo Morales y vicepresidente Álvaro García. Las órdenes enviadas desde el norte en su manual de instrucciones tiene varias disposiciones de acciones y semánticas terroristas que repite a diario la Vieja Política, como por ejemplo: “régimen dictatorial”, “corrupción”, “crisis económica”, “eternización del poder” y “suplantación de la Constitución por la Constitución del Régimen”.

Pero más allá de las instrucciones de utilizar los medios masivos de información para lanzar inmisericordes afirmaciones sobre la imagen del Presidente y Vicepresidente, soliviantar desorden social a través de paros, huelgas de hambre, bloqueos de caminos y todo tipo de movilizaciones oportunistas junto a políticos como Rubén Costas, Luis Revilla, Félix Patzi, Soledad Chapetón, Samuel Doria Medina, Jorge Tuto Quiroga Ramírez y Manfred Armando Reyes Villa, llama la atención uno de sus lineamientos que ordena a hacer contacto con militares de servicio activo y de retiro “ya identificados” para encabezar una insurrección o permitan y apoyen una intervención extranjera o un levantamiento civil.  

Además, el manual habla de “re-establecimiento de la Constitución Política del Estado”, de la antigua, la vieja; lo que significa aquello que siempre pregonaron: volver al “vicio más antiguo”, que la Constitución está mal, no sirve… para sus intereses.

Y para eso, la Vieja Política está dispuesta, siempre fue así, a que corra sangre de inocentes si es posible para volver a que sus intereses entren en vigencia nuevamente. A eso conciben como “transición democrática pacífica”.

Veamos el texto: “Contactar con grupos militares en servicio activo y en condición de retiro ya identificados para ampliar la campaña dirigida a restarle prestigio al gobierno dentro de las Fuerzas Armadas. Bajo el principio de que las Fuerzas Armadas deben asumir el papel de garantes de la democracia en Bolivia. Hay que lograr por cualquier vía, el re-establecimiento de la constitución. Es vital preparar a los militares para que a partir de un escenario de crisis y conflictividad social interna encabecen la insurrección contra el régimen, o al menos que apoyen una intervención extranjera o un levantamiento civil para viabilizar la transición democrática pacífica”[1].

La figura del “No”: restauración de la Vieja Política.

Lo que se ve en el horizonte no es algo nuevo, sino la continuación  de esas arcaicas prácticas antidemocráticas, porque al parecer la fortaleza del “proceso de cambio” continúa anclada en la población movilizada, organizada y participante.

Ya en estos días se observó lo tan bajo que puede caer la Vieja Política apátrida, siendo fiel a las instrucciones del “Zorro”, para concretar objetivos, y está dispuesta aún ha revolcarse, ya lo dijimos, si fuera necesario, en sangre de bolivianos y bolivianas. Así lo demostraron el 2008, y nada raro que en el futuro inmediato vuelvan a esas prácticas.

En consecuencia, en Bolivia se decidirá el 21F la continuidad o el posible estancamiento del “proceso de cambio” iniciado el 2006, y que a la fecha, trajo muchas satisfacciones al pueblo boliviano, que al 2025, la fase será concretada. Pero el boliviano y la boliviana daré su veredicto en pocos días. Lo que se debe hacer es simplemente escuchar y respetar su pronunciamiento.





[1] Prensa Senado, 12-01-2016.








[1] Prensa Senado, 12-01-2016.

No hay comentarios:

Publicar un comentario