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No les
importa, con tal de salir en la tele haciéndose los mártires a nombre disq` del
pueblo. de lo que padecen es adicción a las cámaras y a sus mezquinas
aspiraciones personales e individuales empresariales.
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La
oposición conservadora boliviana no da puntadas sin hilo, aprovecha
cualquier momento y circunstancia,
hasta lo más ridículo, para convulsionar y ganar rédito ante la población. Es
lo que pasó recientemente en Oruro, con el paro indefinido declarado por los disq`
cívicos, para cambiar el nombre de su aeropuerto de Evo Morales a Juan Mendoza,
un ilustre desconocido para la mayoría de los orureños.
La medida fue nutrida por los del centro de la ciudad y no por su
periferia y zona rural del departamento. Y, claro, eso jamás lo dijeron los
“medios de comunicación”. Pero no pasó a mayores. La consulta al Tribunal
Constitucional sobre quién tiene la prerrogativa –el Gobierno Central o la
Gobernación– de asignar el nombre a entidades públicas y realizar un referendo
sobre qué nombre se le pondrá al aeropuerto, fueron acuerdos que dieron fin al
conflicto.
Entonces, si se hacen “huelgas” y “paros” cívicos indefinidos por
ocurrencias de algunos des-iluminados, como en Oruro, disq` para recuperar la “memoria histórica”, entonces, hay mucho
por recuperar, como por ejemplo el nombre verdadero de la Patria. Los primeros
legisladores republicanos lo denominaron la “República de Bolívar”, en honor al
Libertador –que todos los bolivianos y las bolivianas sí conocemos–, pero se
cambió a “Bolivia”. Pero mucho antes se llamaba “Collasuyo”, y más atrás
todavía, se la denominaba “Tiahuanaco”.
Abría que preguntarles a los “cívicos” citadinos de las plazas capitales,
disq` los más “patriotas”, en
especial al de Oruro: ¿Por cuál de ellas deberíamos parar el país, por
el lapso que nos dé la gana, y así retroceder años de avance?
Pero también abría que preguntarles a los chauvinistas, en especial a los
de Oruro: ¿Qué ganaríamos con semejante ultraje a la nación? La respuesta es
nada. Nada de nada. Al contrario, perderíamos oportunidades de salir de la
postergación, de la pobreza, del hambre y la miseria.
¿Se habrán puesto en algún momento a meditar en las consecuencias? Tal
parece que no. No les caben en la materia gris, si acaso lo tienen, porque si
lo tuvieran no actuarían de esa manera. Y no les importa, con tal de salir en
la tele haciéndose los mártires a nombre disq`
del pueblo. De lo que padecen es adicción a las cámaras y a sus mezquinas
aspiraciones personales e individuales empresariales.
Esa es la oposición antiprogresista y apátrida que tiene Bolivia, sin
ninguna otra imaginación. No tienen propuesta, y tienen que joder. Lo que
deberían de hacer es ponerse a trabajar y a generar uno. Se sabe que es difícil
para ellos, pero si pudieran poner un poquito de voluntad y dignidad, lo
lograrían. O deberían de reflexionar sobre sus acciones irracionales que da
vergüenza ajena ante la comunidad internacional. Y dicen que los indios son
irracionales. ¡Qué paradójico! ¿No?

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