11 de septiembre de 2012

Cívicos y prefectos opositores apostaron a la guerra económica y al control territorial

Los líderes regionales de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija impulsaron una intentona golpista entre agosto y septiembre de 2008, un proceso que se fue construyendo cuando el presidente Evo Morales asumió el mando de la nación, el 22 de enero de 2006.Tomaron instituciones públicas, aeropuertos, atentaron contra ductos y atacaron a campesinos.

Bolivia, casi guerra civil”, tituló un canal internacional al referirse a lo que sucedía entre agosto y septiembre de 2008 en el país, cuando sectores opositores impulsaron un golpe cívico-prefectural contra el Gobierno del presidente Evo Morales, que finalmente no prosperó.


Este proceso golpista, el cual fue conceptualizado por el vicepresidente Álvaro García Linera como el “punto de bifurcación”, se fue preparando desde que Morales asumiera el poder (22/01/2006) e iniciara una serie de cambios estructurales.

Ya en el proceso constituyente (2006), sectores que se oponían a los cambios fueron utilizando una serie de estrategias para que el magno encuentro, que tenía la tarea de redactar la nueva Constitución Política del Estado (CPE), fracase.

Esta intención quedó al descubierto cuando los prefectos de Santa Cruz, Rubén Costas; Tarija, Mario Cossío; Beni, Ernesto Suárez Sattori; y de Pando, Leopoldo Fernández, convocaron, por separado, a referendos fuera de la legalidad para aprobar sus estatutos autonómicos con el fin de aplicarlos en sus regiones.

En estos procesos ilegales, porque no se apegaban a la CPE, fueron aprobados sus estatutos entre mayo y junio de 2008.

El primero en hacerlo fue Santa Cruz, el 4 de mayo, con más del 80% de los votos, sin advertir lo que se venía y que representaría un grave error de la oposición, a decir del ex presidente y líder de la desparecida agrupación Poder Democrático y Social (Podemos), Jorge Quiroga Ramírez.

El 8 de mayo, el Senado, controlado por la oposición, aprobó la Ley de Referéndum para la revocatoria del mandato del presidente Morales y los nueve prefectos, norma que días más tarde fue promulgada y fijó para el 10 de agosto la celebración de tal consulta.

Morales logró el apoyo del 67,4% de los votantes. También fueron confirmados en sus cargos los prefectos opositores de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. En cambio, siguieron el camino de la revocación los opositores prefectos de La Paz, José Luis Paredes, y de Cochabamba, Manfred Reyes Villa.

Sin embargo, esta decisión no fue aceptada por los opositores, que “iniciaron preparativos de una terrible conspiración contra la vida del Presidente, contra el Gobierno, la democracia y el pueblo”, señala el vicepresidente Álvaro García Linera en el texto titulado Cómo se derrotó al golpismo cívico-prefectural en Bolivia (octubre 2008).

Los prefectos y cívicos agrupados en el denominado Consejo Nacional de la Democracia (Conalde) se reunieron el 14 de agosto y decidieron impedir que las autoridades legales y constitucionales lleguen a los aeropuertos de algunas ciudades.

Se promovieron grupos de choque, junto con sectores cívicos y fuerzas fascistas, para agredir e impedir el traslado de los gobernantes nacionales.

Por ejemplo, en Santa Cruz, la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) fue la punta de lanza de la acción golpista impulsada por los cívicos liderados por Branko Marinkovic, que de abanderado de un discursos autonomista pasó a defensor de un Estado federal.

Precisamente en la capital oriental se dio el foco de tensión más alto de todo este proceso, donde se intentó tomar el control del Comando Departamental de la Policía, golpeando a decenas de efectivos.

Esta acción prosiguió en las otras regiones con las tomas de las instituciones del Estado, entre ellas el canal estatal, campos gasíferos en el departamento de Tarija y aeropuertos. Los movilizados se oponían a la convocatoria al referéndum para aprobar la CPE sancionada por la Asamblea Constituyente.

“Estaba en marcha un golpe de Estado, no solamente con la dimensión del ámbito del desconocimiento de la autoridad legal, sino en el ámbito del ejercicio de una guerra económica y de un control territorial por parte de las fuerzas golpistas”, señala García Linera.

En el resto del país, 75 instituciones del Estado relacionadas a comunicación, tierra, recursos naturales, información y administración del Estado fueron destruidas, tomadas, saqueadas y paralizadas.

Diálogo y Goldberg


El Gobierno esperó paciente a que las puertas del diálogo se abrieran y se encuentre una solución al conflicto con la mediación del cardenal Julio Terrazas, lo que no pudo prosperar pese a varios intentos.

La comunidad internacional, a través de organismos como la Unión de Naciones Suramericanos (Unasur), sumó su apoyo a la democracia boliviana para rechazar la ruptura del orden constitucional que, se advertía, tenía el apoyo del exterior.

En ese contexto, el 10 de septiembre de ese año, el presidente Morales declaró persona no grata al embajador de Estados Unidos en el país, Philip Goldberg, e instruyó inmediatamente al canciller David Choquehuanca notificar al diplomático para que abandone Bolivia.

Un día después, el 11 de septiembre, en Porvenir, Pando, se registró un ataque a un grupo de campesinos que se dirigía a Cobija por gente vinculada a la Prefectura pandina dirigida por Leopoldo Fernández. 13 personas fallecieron en ese ataque. Varios de los campesinos fueron baleados cuando estaban cruzando el río Tahuamanu.

“Cuando pensábamos que se había cerrado la etapa de los golpistas en nuestro país, en pleno siglo XXI, nuevamente renació, pero no de las instituciones del Estado, policías y militares fieles al mando constitucional, sino de autoridades cívicas y de algunas autoridades electas”, indica García Linera en el texto citado.

El dignatario advierte que estos grupos “quisieron crear, en el oriente un territorio donde se desconocía al presidente Evo Morales, al gobierno constitucional y, seguramente, si llegaba el momento, hubieran pedido luego algún tipo de intervención extranjera para que Bolivia quedara partida en dos”.


Los hechos

10/08/2008. Evo Morales gana el referéndum revocatorio con el 67,4% de los votos. También son confirmados en sus cargos los prefectos opositores de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. Y son revocados los opositores de La Paz y Cochabamba.

14/08/2008. Protestas impulsadas por los cívicos impiden el arribo de autoridades nacionales a Santa cruz, Pando, Beni y Tarija.

16/08/2008. Grupos de choque intentan tomar el control del Comando Departamental de la Policía en Santa Cruz.

23/08/2008. El presidente del Comité Cívico Cruceño, Branco Marinkovic, deja el discurso de la autonomía y dice que el camino es el federalismo.

31/08/2008. Cuatro regiones acatan un paro e impiden el traslado de alimentos al occidente del país.

2/09/2008. Cívicos opositores amenazan con tomar campos petroleros y atentar contra ductos de exportación de gas.

08/09/2008. Los opositores inician la toma de entidades estatales. El Gobierno señala que fueron intervenidas 75 instituciones del Estado.

10/09/2008. El presidente Evo Morales declara persona no grata al embajador de Estados Unidos y le pide que abandone el país.

11/09/2008. Se registra la masacre de Porvenir, en Pando; 13 personas fallecieron, 11 campesinos y 2 personeros de la prefectura pandina.

12/09/2008. El Gobierno declara estado de sitio en el departamento de Pando y vuelve la calma.


PROTAGONISTAS

Evo Morales Ayma

Presidente de Bolivia

El que conspira contra la democracia y sobre todo el que busca la división de Bolivia es el embajador de Estados Unidos (Philip Goldberg).

Y quiero decirles, hermanos y hermanas, este señor es experto en alentar conflictos separatistas: entre 1994 y 1996 fue jefe de la Oficina del Departamento de Estado para Bosnia, durante la Guerra de los Balcanes; luego, entre 2004-2006, el actual embajador de Estados Unidos en Bolivia regresó como jefe de misión en Pristina, Kosovo, y ahí consolidó la independencia de esa región dejando a miles de muertos.

Y sin miedo al imperio, hoy,  delante del pueblo boliviano, declaro al señor Goldberg, embajador de los Estados Unidos, persona no grata. Pido a nuestro canciller David Choquehuanca, cumpliendo los marcos legales, diplomáticos, comunicar la decisión del Gobierno nacional para que retorne a su país. (10/09/2008)


Philip Goldberg

Ex Embajador de EEUU

Entendemos estos momentos de gran y triste tensión que Bolivia está viviendo. Siempre he defendido, y Estados Unidos siempre defenderá el principio fundamental de que los bolivianos encuentren su propio camino hacia una Bolivia democrática, próspera, pacífica, sin interferencias y en pleno ejercicio de su soberanía.

La decisión del presidente Morales, de bajar el nivel de nuestras relaciones bilaterales, constituye un grave error. Las relaciones entre nuestros dos países se han mantenido históricamente por más de un siglo. Esta decisión podría tener efectos en muchas formas que al parecer no se han valorado apropiadamente.

A todos los bolivianos, decirles que las acusaciones que se hicieron contra mi, contra la embajada, contra Usaid (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), contra mi país y contra mi pueblo son completamente falsas e injustificadas. (Septiembre 2008)


Fuente: Cambio, 11 de septiembre, 2012.

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