Ya se veía venir el siguiente paso del libreto de la oposición, que sin duda se activó días atrás, el de desprestigiar al Gobierno y el desencantar a la población del “proceso de cambio”. Esa es la meta. No descansarán hasta lograr derribar lo que las bolivianas y los bolivianos construimos hasta el momento. Sin embargo, la pregunta es ¿la población les dará bola…?
Ya empezaron con su nuevo plan: el desabastecimiento de los productos principales de la canasta familiar, su elevación y la especulación de las mismas.
En el centro de abasto hicieron disparar los precios del azúcar, la carne y ahora el aceite, productos que se producen en el oriente del país. Algunos ocultan para especular. Y se puede observar filas largas de la gente por captar algo de estos productos.
Sin embargo, el efecto camuflado, en Santa Cruz, es capitalizado por aquellos que ni siquiera acostumbran a salir a comprar ningún producto ni a la vuelta de la esquina. Son aquellos que siempre lo tienen todo en la mesa como arte de magia: las cívicas cruceñas y sus allegados.
Un canal de televisión privado mostró a las cívicas, encabezando la marcha, que ignoraban el precio de los productos de la canasta familiar y a cuánto se habían elevado. Cuando se les acercó el micrófono, ¡ni son ni ton!. No sabían nada. Y dicen ser paladines de los precios bajos.
A este baile, como siempre, se unió la Iglesia Católica con su rimbombante reunión que empezó este jueves en Cochabamba: la XC Asamblea de la Conferencia Episcopal de Bolivia, disque para analizar la coyuntura actual, porque, según el cardenal Terrazas, la democracia está en peligro.
Sin embargo, dejemos al tiempo que desmantele esta conjura de los que no soportan ver al otro a su lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario