Según la autoridad,
la Asamblea Constituyente dio paso al proceso de descolonización en Bolivia, y
la nacionalización de los hidrocarburos, en mayo de 2006, fue el segundo
momento.
“Si nuestro proceso
de cambio avanza, avanzarán los procesos de otros países, porque Bolivia es un
laboratorio político. Depende de lo que pase aquí para saber qué pasará en
otros países.”
La búsqueda de la
identidad es el eje principal de la descolonización a través de una revolución
cultural, así definió el proceso que vive Bolivia desde 2006 el viceministro de
Descolonización, Félix Cárdenas.
En entrevista con
Cambio, Cárdenas explicó que los bolivianos son los principales protagonistas
de la descolonización en Bolivia, en especial los servidores públicos de la
mano del gobierno que preside Evo Morales desde 2006.
Además para la
autoridad la descolonización es la acción de despojarnos de las taras de la
herencia colonial y confrontar a la “modernidad” que “individualiza” la visión
del boliviano. El presidente Evo Morales en reiteradas oportunidades consideró
que este proceso parte por la descolonización de la mente.
—En su calidad de
autoridad de Estado, ¿cómo define la descolonización?
—La descolonización
es despojarnos de nuestras taras de la herencia colonial y comportamientos
individualistas jerarquizantes, como pensar que el que tiene corbata es
superior al que no la tiene.
—Desde su punto de
vista, ¿cuál fue el primer acto de descolonización en el país?
—El primer acto
descolonizador fue la instalación de la Asamblea Constituyente (2006) con la
presencia de hombres y mujeres indígenas de todas partes, que redactaron la
nueva Constitución Política del Estado Plurinacional, descolonizada (promulgada
en febrero de 2009).
El siguiente momento
fue cuando el presidente Evo Morales nacionalizó los hidrocarburos, el 1 de
mayo de 2006.
— ¿Cuáles son los
avances de la descolonización en el país?
—El primero es un
libro, fruto del primer encuentro de la descolonización, que nos señala cuáles
son nuestros puntos de partida, desde qué lugar empezó el proceso de
descolonización para asumir que Bolivia es un Estado colonial.
—¿Cuáles son los
aportes de esos encuentros de descolonización?
—Las Fuerzas Armadas,
que hace 30 años han incorporado a las mujeres en el Colegio Militar, este año
tendrán la primera generala; ésa es parte de la inclusión en el aspecto de la
despatriarcalización.
También las normales
están incorporando puntos de descolonización, despatriarcalización, y los
ministerios hacen los esfuerzos para aplicar esa política.
—¿Cuáles son la
debilidades en este proceso?
—Necesitamos tener
más información de todos los ministerios, gobernaciones, municipios, normales
superiores y otros; que informen cuánto hacen sobre la descolonización y la
despatriarcalización.
—¿Qué obstáculos identifica
en este proceso de descolonización y despatriarcalización?
—La descolonización
no es un asunto de decreto o ley, son iniciativas propias, creatividad; y no
las hemos visto. Creo que también hay que tener la capacidad de autocriticarse.
Hay ministerios que
se han quedado atrapados en el burocratismo, en lo que es la modernidad, la
individualidad, cuando un funcionario público piensa qué es lo que tiene que
hacer personalmente y no le interesa el resto; es decir el individualismo, y no
le interesa si avanza o no el proceso porque él cumple su trabajo para el cual
lo contrataron.
—¿Cuáles son las
consecuencias de la modernidad?
—La carencia de
convicción sobre lo que es la calidad del proceso. No hay compromiso del
servidor público con este proceso, lo que quiere decir es que no hay fortaleza
política ideológica.
—¿Cuál es la
expectativa de los servidores públicos respecto de la descolonización,
entendiendo que es una revolución cultural?
—Hay que tocar la
campana de alarma para decirles a los servidores públicos: No podemos pedir que
la sociedad se descolonice si primero no se descoloniza el servidor público,
que es la muestra del Estado, es el rostro del Estado.
Tenemos un servidor
público con rostro colonial, racista, discriminador, patriarcal y jerarquizante.
No podemos esperar
los tiempos políticos, tenemos que arrancar y profundizar la descolonización,
por ejemplo analizar el perfil del servidor público.
—¿Cuál debe ser el
perfil del servidor público descolonizado?
—Debe hacer primero
un diplomado de descolonización como condición de acceso al trabajo en la
entidad pública. Para eso estamos trabajando como condición para la permanencia
en el trabajo. No podemos esperar a que la gente por voluntad propia asuma,
cambie, que sea más inclusiva, más intercultural.
Ahora, si quiere
trabajar en la administración pública es necesario este diplomado junto con
otros requisitos. La militancia en algún partido político casi es irrelevante
en relación con la formación política ideológica.
—¿Qué elementos
reunirá el diplomado de descolonización?
—El idioma es uno de
los elementos. Tenemos dos años para que
cada servidor público hable el idioma del territorio donde trabaja, como
condición de mantenerse en el trabajo o acceso al trabajo, que ya casi de ipso
facto está incorporado en el diseño del diplomado.
Pero también tiene
que haber interculturalidad e intraculturalidad, la historia clandestina de los
procesos libertarios.
—En este contexto,
¿cuál debe ser el sentimiento del servidor descolonizado?
—Debe sentirse
orgulloso pese a que uno de los pecados originales del Estado fue la forma de
su creación, donde nos hicieron creer que somos una sola nación, un solo
idioma, una sola religión. La concepción monolineal debe encontrar su identidad
verdadera.
—¿Qué pasaría si no
funciona la descolonización en el marco del proceso de cambio?
—La descolonización
debe darse en varios estamentos porque somos un laboratorio político. Bolivia
es un laboratorio político. Depende de lo que pase con nuestro proceso para
saber qué pasará con otros países del mundo.
Si nuestro proceso de
cambio avanza, avanzarán los procesos de otros países
.
Fuente: Cambio, lunes 4 de junio, 2012.
Entrevista a Félix Cárdenas, viceministro de
Descolonización.

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