24 de diciembre de 2010

Lo que el viento no se llevó: la verborrea del hundido

Es menester reflexionar, como ciudadanos bolivianos, sobre lo que fue  este año el país. Hay mucho que decir, sin embargo, lo que más figuró en los medios de difusión es que la oposición “retrógrada y cavernaria”, como lo llamó en algún momento el Vicepresidente del Estado Plurinacional, hasta ahora no se convence que en Bolivia se construyó un nuevo orden, una nueva forma de hacer Patria.

Es lamentable percibir a un sector mínima de la sociedad boliviana, que a cuesta de querer preservar su interés, siga con la verborrea de que el Gobierno tenga  la intención de hacer desaparecer a los que disienten con su política de gobierno.

Mi abue.. diría: “si te portas mal, en cualquier momento  te llegará la factura”. Y es precisamente lo que les pasa a los que gobernaron nuestro país. Les llegó la hora de que rindieran cuenta a la población  y a la justicia. No hay nada que hacer ni decir. “Así nomás es”, diría Cayetano…

En antaño eran inobjetables, irrefutables, todo lo que hacían, supuestamente “en bien de la población”, nadie lo cuestionaba. Eran como semidioses. Pero, la figura cambió. Ahora son considerados, desde la más alta autoridad hasta el portero que trabaja en la entidad pública, como “servidores públicos”, “servidores públicos”.

En consecuencia, el servidor público se debe a la población, debe rendir cuentas de sus actos. Esto significa que  todos sus obrados deben de estar conforme a las normas vigentes del Estado Plurinacional, no debe de ignorarlos, como algunos, especialmente del oriente boliviano, lo hacen. ¡¡¡¡Gran error, gran error y gran error!!!!






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