21 de septiembre de 2010

“RACISMO”: el fantasma que dormita en el subconsciente

¿Cómo estás?  ¿Qué ta?  ¿Cómo eres? ¿Rapero/ra?  ¿Hip Hopero/ra? ¿Cumbiero/ra? ¿Villero/ra?  Como te definas, lo cierto es que en tu alrededor  hay una sombra  maligna que  merodea,  que pocos lo han asumido como tal. Se llama  “racismo”. ¿Cómo entender este fenómeno? ¿Quién lo inventó? ¿Por qué… y para qué…? Sin embargo, tiene una explicación.

Lo peor…, es que  es creación del propio ser humano. Entonces  es un fenómeno social. Pero ¿Quién o quiénes son los que dieron vida a este monstruo destructor de la igualdad?: la sociedad europea del siglo XV (1400 d.C.). No es necesario sentenciarlo, ni clavarle la vista fruncida, fue producto del momento histórico  en que vivían los europeos.
Génesis
¿Recuerdas el momento en que América (Abya Yala) fue “descubierto”[1] por los europeos?... ¡Claro que sí lo recuerdas! El año de 1492, cuando Cristóbal Colón pisó tierras amerindias, por allá las Antillas, en Centroamérica. Es entonces cuando los occidentales se  enteraron que más allá de sus costas marítimas encontraron nuevos espacios geográficos, a los que llamaron  el Nuevo Mundo. Y  estos espacios estuvieron habitados por diferentes culturas, a las que los denominaron “indios”; por que Colón, creyó  haber llegado a la india. 


Una vez descubierto o invadido (como quieras asumirlo) el suelo americano, en tierras europeas la población, además de regocijarse e imaginar como una oportunidad de riqueza fácil,  habían elevado y plasmado el ego en  creencias populares que planteaban las diferencias entre los grupos humanos; es decir, superioridad de la >>raza europea<<, del blanco civilizado, frente a la >>raza inferior<< que se encontraba en las tierras de la América virgen y morena. Por lo tanto, la misión del momento fue: ¡¡¡¡debemos de  civilizarlos!!!!  

Sólo el hecho de pisar el gran y rico espacio vital  en que vivimos hoy, les dio derecho a los individuos del Viejo Mundo a crear ese imaginario colectivo de ser >>superiores<< ante los demás que no presentan el canon de belleza y  la visión de mundo al igual que ellos. Y  la argucia del momento: ¡Son diferentes e inferiores!   ¡No tienen alma! ¡Se asemejan a los animales!, pero nunca encontraron los rabos.          

Pero eso no fue nada. Ya entre los siglos XVII  y  XIX, esa creencia populachera de la diferencia entre un grupo de seres humanos y otro se fusionó con teorías científicas que respaldaban dicha idea en ese momento, y fue peor el resultado… ¿Qué crees?... ¿Qué imaginas?... Producto de la mezcla nació la famosa >>ideología de raza<<, instrumento que ha servido para dividir, asesinar y someter a grandes grupos humanos por la diferencia cultural y diferencias físicas. ¡Y nace el racismo! Desde entonces, la humanidad encontró su lado malo, que  hasta nuestros días es difícil de erradicarlo. Es una lucha permanente y necesaria para que despojemos este mal de la sociedad. Somos parte de esa lucha. Debemos comprometernos

Siglos de práctica
En la época colonial (s. XVI – XVIII), los europeos   habían puesto en práctica  la ideología de la “raza superior”  para someter y hacer esclavos a pueblos íntegros, como a africanos y americanos. Y ya en el siglo XX, en el hecho histórico fratricida de la Segunda Guerra Mundial (1939 -1945), se puso en evidencia la caducidad del vetusto argumento científico extremo de la “raza superior” que preocupó a los alemanes que estaban seguros de la superioridad de la “raza aria”. Hasta entonces ya se hizo mucho daño a la humanidad.

Como puedes constatar, la “teoría de la raza”  había servido para legitimar la discriminación (el apartheid en la República de Sudáfrica), la esclavitud y el genocidio. Una vez acabada la   Segunda Guerra Mundial, científicos sociales europeos tomaron conciencia y desarrollaron  una nueva explicación sobre este asunto. La ciencia madura demostró que todos somos (los seres humanos en su conjunto) iguales en el interior del cuerpo. El exterior corporal simplemente es un envoltorio.

En consecuencia, de lo que se debe de hablar  hoy en día es de la raza humana  para señalar al  colectivo de los hombres y no para individualizar a determinadas personas. No hay “diferencia” entre los hombres. En lo único en que radica la diferencia es en las múltiples culturas, y, que sino  logran tolerarse, siempre habrá conflictos y guerras. Por tanto, ya no se debe hablar derazas”, más bien de culturas diferentes.

¡No seas mala onda! Cambiemos de mentalidad. La sociedad, la ciencia, los vocablos, los pensamientos,… todos avanzan,  ¿Y tú? ¿Avanzas? o ¿Te quedas en el pasado? Firma con tu inteligencia.



[1] Actualmente el término de “descubrimiento” es discutido por las naciones y pueblos indígena originario campesinos e intelectuales. El argumento es que no fue un “descubrimiento” sino una “invasión” foránea

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