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“La lucha de clases sigue más vigente que nunca, la construcción de un
proyecto alternativo que haga frente a la crisis del capitalismo solo puede
venir de los sectores populares y trabajadores organizados. La lucha sindical
por tanto cobra especial vigencia en la coyuntura actual.”
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El encuentro
antiimperialista que desarrollaron trabajadores de 20 países en Cochabamba-Bolivia,
el 2 de julio de 2014, dio a conocer su propuesta política, con el título
“Tesis Política Antiimperialista”. A continuación, el texto inextenso.
TESIS POLITICA ANTIIMPERIALISTA
COCHABAMBA, JULIO 2014
Creo que esta idea de la
ofensiva en defensa de la Humanidad, está cada día más engranada con la
realidad que estamos viviendo en el mundo.
Hugo Chávez
Quiero animarme a plantearles algo
que corresponde a los movimientos sociales del mundo: ¿cómo podemos todos
unidos enfrentar al capitalismo? Estoy convencido de que debemos elaborar una
nueva tesis para salvar el planeta, una doctrina por la vida
Evo Morales
INTRODUCCION.
CRISIS DEL CAPITALISMO Y CONSECUENCIAS PARA LA CLASE TRABAJADORA
Los pueblos
del mundo y especialmente los sectores populares estamos sufriendo las
consecuencias de una crisis del capitalismo. Una crisis como nunca antes hemos
vivido. Una crisis que es global y estructural.
Es una crisis
global porque, a diferencia de las anteriores crisis del capitalismo en el
siglo XIX y en el siglo XX, en este sistema-mundo capitalista las resistencias
son locales, pero sin haber construido todavía un frente alternativo al
capitalismo. Los pueblos están dejando de creer que el capitalismo sea
democrático, y también se va dejando de creer en una democracia capitalista.
Sin embargo todavía no se ha construido una alternativa al mismo de carácter
global, como la crisis que vivimos.
Y es una
crisis estructural porque es la combinación de varias crisis, económica,
financiera, energética, climática, alimentaria, hídrica, institucional,
política y de valores. No solo padecemos la crisis de un sistema económico y de
producción que no da más de sí, que para elevar la tasa de ganancia, o mantener
la plusvalía producida a costa de la explotación de los pueblos, trabajadores y
la naturaleza del Sur, tiene que convertir a la Madre Tierra y a las personas
en objeto de su despiadado dominio depredador.
Queremos
resaltar la crisis climática como la cristalización de todas las crisis; la
supuesta alternativa de la economía verde como respuesta al desastre ambiental
que sufrimos no suponen más que la privatización de la naturaleza y el resto de
bienes comunes, así como la demostración de que no existe capitalismo con
rostro humano, estamos en una etapa del capitalismo donde se mercantiliza todo,
la vida y los bienes comunes.
Todo ello
mientras se ponen en marcha guerras imperialistas para depredar los recursos
naturales de los pueblos en un círculo vicioso en el que esos recursos
naturales sirven para alimentar la industria de la guerra, demostrando la
voracidad del imperialismo. Recursos naturales, energía y agua son objetivos
del imperialismo que los pueblos y los trabajadores tenemos la obligación de
defender, pues son el futuro que debemos dejar en herencia, la Madre Tierra que
debemos cuidar pues es nuestro hogar.
El
capitalismo ha adoptado por tanto una medida geopolítica planetaria y la crisis
expone la contradicción básica del capitalismo: la contradicción entre el
carácter social de la producción y la forma capitalista de propiedad sobre los
medios de producción y la apropiación de sus resultados. En las crisis, el
mecanismo entero del modo capitalista de producción, queda subordinado a la
presión de las fuerzas productivas creadas por el capitalismo.
La
consecuencia de todo ello es que existen 1000 millones de personas que pasan
hambre en el mundo según la FAO y desde que comenzó la crisis el número de pobres
ha aumentado en 100 millones de personas.
Pero si bien
la pobreza y el hambre son los efectos más visibles de la crisis del
capitalismo, todo ello va unido a la pérdida de derechos sociales de la
población, especialmente de los derechos laborales. El capital va a intentar
salir de la crisis a costa de los trabajadores.
La fase
superior del capitalismo es el imperialismo y el neoliberalismo en cuanto a
destrucción creativa y política anti-obrera. En ciertos de los países de
América Latina se pudo frenar el consenso de Washington y las recetas del Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial, que buscaban las privatizaciones y
restricciones de las políticas sociales, pero hay otras partes del mundo cuyos
pueblos siguen sufriendo la receta neoliberal como supuesta salida a la crisis.
Sin embargo, siguen aumentando las tasas de desempleo, y recortando los
derechos sociales, la salud, la educación, a la vez que desahucian familias
enteras mientras rescatan a los bancos.
Sin embargo
las recetas neoliberales ya ni siquiera pueden resolver los problemas de los
países del centro del sistema-mundo capitalista. Dichos países cuentan a veces
con gobiernos paralelos bajo la forma de las compañías transnacionales que son
nuevas formas de las que se dota el imperialismo para operar en los países
supuestamente en desarrollo. La riqueza de unos pocos supone la miseria de una
buena parte del planeta.
Ya lo
definió perfectamente Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo:
“Por supuesto que hay lucha de clases y los ricos estamos ganando”.
Por lo
tanto, si la lucha de clases sigue más vigente que nunca, la construcción de un
proyecto alternativo que haga frente a la crisis del capitalismo solo puede
venir de los sectores populares y trabajadores organizados. La lucha sindical
por tanto cobra especial vigencia en la coyuntura actual.
Y la lucha
sindical contra el capitalismo solo puede tener como horizonte el socialismo.
En un mundo globalizado donde la socialdemocracia se vendió al neoliberalismo y
el socialismo construido en el siglo XX ha tenido debilidades, la construcción
en el siglo XXI de un socialismo indemne de los retrasos y debilidades que
tenía durante el primer esfuerzo de su implementación es tarea urgente y
necesaria.
Y como ya lo
definió la Central Obrera Boliviana en su Tesis Socialista de 1970, están
equivocados aquellos que sostienen que las organizaciones sindicales deben
limitarse a jugar el papel de sindicatos tradeunionistas, es decir,
circunscritos a la lucha puramente económica. Sin abandonar la lucha en defensa
de las condiciones materiales, los trabajadores debemos intervenir en la vida
política del país en nuestra condición de vanguardia revolucionaria. Vanguardia
que en el caso de Bolivia y otros países se complementa con el proyecto
político de las naciones y pueblos indígenas originarios y campesinos, que
fusionan la lucha sindical con lo comunitario bajo un horizonte de “socialismo
comunitario”.
APORTE
DE BOLIVIA
Precisamente
los trabajadores del mundo celebramos el Encuentro Sindical Internacional
Antiimperialista en reconocimiento y aprendizaje de una Bolivia abigarrada
donde lo obrero, lo campesino y lo indígena se fusionan en lo comunitario bajo
un horizonte de construcción socialista.
Reconocemos
en Bolivia un gobierno de movimientos sociales, donde la dirección del proceso
se encuentra en manos de los sectores populares, donde el Estado se ha
fusionado con la sociedad civil. Un proceso que se funda en las luchas
históricas contra la colonial, el capitalismo y el neoliberalismo. Un proyecto
político, fusión de las luchas indígenas, obreras y campesinas, que continua en
construcción pero en el que nos sentimos representados los sectores populares
de nuestros países.
Reconocemos
en Bolivia un Estado que ha tomado el control de los sectores estratégicos de
la economía, los hidrocarburos y energía en general, las telecomunicaciones,
salud y educación, pertenecen ahora al Estado y no a los individuos, un Estado
que a la vez es síntesis de un cambio de época en América Latina, un Estado que
pertenece al pueblo, porque es del pueblo y funciona en base a las necesidades
populares.
En Bolivia
no solo no se reprime ni persigue a los sectores populares y sindicatos, si no
que se les impulsa y apoya política y materialmente construyendo una democracia
participativa que incorpora a los trabajadores en la toma de decisiones.
Ese otro
modelo de relacionamiento con los sectores movilizados de la sociedad es el que
nos muestra una democracia viva, participativa, intercultural y comunitaria.
Los sindicatos del mundo reunidos en Bolivia estudiamos el nuevo paradigma
boliviano que nos propone el Vivir Bien ante la crisis civilizatoria que
vivimos. Queremos apostar a un modelo de desarrollo y a un modelo político que
piense la economía desde lo comunitario, apostando por la emancipación de los
pueblos y las comunidades para vivir en armonía con la Madre Tierra.
APUESTA POR
LA INTEGRACIÓN SOCIALISTA
Porque la
crisis del sistema-mundo capitalista y la disputa geopolítica por el control de
los recursos naturales nos lleva a los pueblos y trabajadores del mundo a un
escenario donde hay que optar por uno de los dos proyectos en disputa, el de la
emancipación socialista, o el de la restauración neoliberal.
Bolivia, y
los procesos de cambio en América Latina, han apostado, con diversos ritmos,
intensidades y matices, por la emancipación; de sus pueblos, de sus habitantes
y de su naturaleza, recuperando la soberanía sobre sus recursos naturales para
hacer frente al proyecto imperialista y neocolonial.
Por eso hoy,
aquí y ahora, los pueblos y trabajadores del mundo queremos desarrollar la
reflexión del compañero Presidente Evo Morales y venimos a proponer una tesis
para salvar el planeta, una doctrina en defensa de la vida frente a la muerte
encarnada en el capitalismo. Esta tesis solo puede tener un horizonte, el del
socialismo, con el aporte que recogemos en Bolivia de lo comunitario, y solo
puede estar asentada sobre tres solidos pilares, el antiimperialismo, el anticolonialismo
y el anticapitalismo.
TESIS
POLÍTICA ANTIIMPERIALISTA, ANTICOLONIAL Y ANTICAPITALISTA RUMBO AL
SOCIALISMO
Nuestras
realidades nacionales tienen diferentes ritmos e intensidades, pero queremos
mirarnos en el reflejo de Bolivia, donde se pasó de la resistencia a la
construcción de un instrumento político para la toma del poder, y de la toma
del poder a la construcción de un proyecto político del pueblo y para el
pueblo.
Ahora
queremos crear un instrumento político mundial para la construcción de un
proyecto político global que dé respuesta a la crisis estructural del
capitalismo.
Antiimperialismo
El secuestro
aéreo del Presidente Evo Morales hace un año poniendo de rodillas a varios
países europeos constató que el imperialismo no se va a quedar quieto ante los
proyectos de transformación social que ponen en marcha procesos de cambio en
defensa de las mayorías sociales.
Un proyecto
con base antiimperialista debe por tanto, repudiar el brazo armado de los
Estados Unidos llamado OTAN, la maquinaria político-militar del imperialismo.
Nuestro
proyecto antiimperialista condena las bases militares que el imperialismo
disemina por todo el mundo como método de injerencia. En América Latina son 77
bases m militares conocidas que violan la soberanía política y territorial de
los países de Nuestra América.
Especial
atención merece la situación de Colombia y las bases estadounidenses allá
instaladas, punta de lanza para rodear la Amazonia, elemento central de disputa
geopolítica en los próximos años. La Paz en Colombia, con la que nos
comprometemos profundamente, pasa por la retirada de las bases militares pero
también porque la paz venga acompañada de la participación política de la
insurgencia y la clase trabajadora y los sectores populares colombianos, como
medio para garantizar la justicia social para todo el pueblo colombiano.
De la misma
manera que condenamos la injerencia imperialista mediante la instalación de
bases militares, hacemos lo mismo con las mal llamadas “guerras humanitarias”,
“guerras contra el terrorismo”, “guerras preventivas” y “misiones de paz”,
solidarizándonos con los sectores populares y la clase trabajadora en Irak,
Afganistán, Libia o Siria, que han visto destruidos sus países por la codicia
imperial que han visto como las guerras militares se transformaban también en
guerras económicas y culturales contra los pueblos.
Asimismo,
condenamos cualquier tipo de injerencia contra gobiernos soberanos, bien sea
hecha por medio del espionaje, bien por medio de golpes de Estado como los
sucedidos en Honduras o Paraguay en América Latina en este siglo XXI, además de
los intentos, fracasados por medio de la movilización popular, en Venezuela,
Bolivia o Ecuador.
Injerencias
que vienen acompañadas de un terrorismo mediático contra los procesos,
sindicatos y movimientos sociales, la llamada Guerra de IV Generación, el
intento de construir un orden comunicacional hegemónico manejado por
transnacionales capitalistas de la comunicación que tratan de imponer sus
objetivos políticos, económicos y sociales, siempre contrarios a los intereses
de la clase trabajadora y los sectores populares.
Como medida
para superar las injerencias contra la soberanía política y económica de
nuestros pueblos, defendemos la desaparición del Consejo de Inseguridad de las
Naciones Unidas y la democratización del propio sistema de las Naciones Unidas.
Anticolonialismo
Consideramos
que el modelo de colonización impuesto por los países del norte fue a través de
crímenes de lesa humanidad, saqueos y sometimiento de nuestros pueblos, y que
las guerras han sido el instrumento de sometimiento y dominación que ha
utilizado el imperialismo para imponer su voluntad política y económica.
El orden
colonial es el núcleo del genocidio, de millones de seres humanos exterminados,
de cientos de lenguas aniquiladas en beneficio de una pretendida
homogeneización, de economías de complementariedad basadas en el trueque
sometidas al mercantilismo, de adelantos civilizatorios sometidos a la
inquisición y de un orden social basado en la reciprocidad reducido por el
individualismo.
Apostamos
por la descolonización y la destrucción de los cimientos materiales y
subjetivos sobre los que se asienta el racismo, el colonialismo interno y las
nuevas formas de colonialismo externo. La descolonización implica desmontar los
cimientos institucionales, económicos, políticos y culturales del viejo régimen
y construir nuevos cimientos institucionales, económicos, políticos y
culturales de una nueva forma de organizar la vida social.
La
descolonización es un proceso revolucionario que lucha contra el capital
financiero y contra las grandes transnacionales, debemos derribar el mito de un
capitalismo democrático o una democracia capitalista. Pero la descolonización
implica también luchar contra la colonización cultural e ideológica, el
racismo, así como contra todas las formas de discriminación. Debemos mencionar
aquí el rol de la mujer en la lucha sindical y comprometernos con la lucha
contra el patriarcado, saludando el proceso de despatriarcalización que impulsa
el Estado boliviano y sus movimientos sociales.
La
descolonización implica asimismo una lucha por la Interculturalidad, por otro
modelo educativo que implique una apuesta por una educación abierta, humanista,
científica, tecnológica, productiva, liberadora y revolucionaria, crítica,
solidaria; orientada a la conservación y protección del medio ambiente, la
biodiversidad y el territorio con soberanía.
La
descolonización implica enfrentar las situaciones neocoloniales que todavía
viven nuestros pueblos. En el caso de América Latina repudiamos la ocupación de
la ocupación imperialista de Puerto Rico; de Guantánamo en una Cuba socialista
que sigue resistiendo heroicamente a un bloqueo criminal; de las Islas Malvinas
por el Reino Unido y la OTAN; y nos comprometemos con la defensa de una salida
al mar con soberanía para Bolivia, salida que le fue arrebatada en una invasión
imperialista impulsada por las elites económicas chilenas para quedarse con sus
recursos naturales, una verdadera integración latinoamericana pasa por darle
solución a la justa demanda de Bolivia ante Chile. Tampoco podemos olvidarnos
de otras partes del mundo y en ese sentido rechazamos la ocupación de Palestina
y el genocidio que comete Israel con todo un pueblo.
Anticapitalismo
Nuestra
lucha es contra el capitalismo y todas sus expresiones. Contra ese modelo
destructor de toda forma de vida que además se apropia de la plusvalía generada
por los pueblos, las personas y nuestra Madre Tierra.
Todo ello
dentro un momento histórico caracterizado por una guerra de alta intensidad
financiera contra los procesos de cambio. Nos sumamos a las declaraciones del
Presidente Evo Morales solidarizándose con Argentina frente a un sistema
financiero global injusto e inmoral y los llamados “fondos buitres”, quieren
doblegar a los procesos de cambio mediante deudas contraídas durante las
dictaduras militares y el periodo neoliberal por gobierno que servían al Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Este sistema
financiero internacional utiliza al FMI y el BM, pero también a la OIT, para
debilitar la soberanía económica de los pueblos y sus trabajadores. Condenamos
esta forma de neocolonialismo financiero de los Wall Street Boys, los
operadores del capital especulativo financiero, y apostamos por una nueva
arquitectura financiera internacional.
Este julio
se cumplen 29 años de la Conferencia de La Habana sobre la Deuda Externa,
mecanismo ilegal del capitalismo para seguir colonizando a los pueblos,
repudiamos toda deuda del mal llamado tercer mundo y apostamos por la
eliminación total de la deuda.
Parte de la
mutación del capitalismo financiero son los tratos de libre comercio con los
que pretenden enmascaras el control territorial que quieren hacer de los
procesos de transformación y sus recursos naturales. Rechazamos especialmente
la reedición sofisticada del ALCA que los pueblos de América Latina y los
gobiernos progresistas derrotaron en 2005 en Mar del Plata y que ahora se llama
Alianza del Pacifico, herramienta imperialista de los Estados Unidos para
socavar el proceso de integración política regional en América Latina y
recuperar espacios perdidos hasta el momento por el avance de los procesos de
cambio.
Frente a la
Alianza del Pacifico, proponemos la Alianza de los Pueblos del Sur y de la
clase trabajadora en defensa de los recursos naturales de los pueblos y de la
Madre Tierra.
No es
casualidad que el ataque terrorista que vive Venezuela, país con las reservas
de petróleo más grandes del mundo, al igual que ya lo intentaron con Bolivia y
Ecuador. La recuperación y soberanía sobre los recursos naturales es
fundamental pues constituye la base material de todo proceso, la posibilidad de
redistribuir la riqueza y reducir las desigualdades en países castigados por 500
años de colonización.
Al igual que
defendemos la soberanía sobre los recursos naturales, defendemos también la
soberanía alimentaria y nos solidarizamos con las luchas campesinas frente a
las transnacionales, al agronegocio, el uso de agrotóxicos y transgénicos y en
defensa de la soberanía
alimentaria.
Rumbo al
Socialismo
Sobre estos
tres pilares es que proponemos la coordinación y la cooperación de la clase
trabajadora y los sectores populares que luche por la construcción del
socialismo a nivel nacional, regional y mundial.
Porque para
llegar al socialismo necesitamos construir previamente, la unidad de todas las
fuerzas revolucionarias en un frente popular antimperialista, anticolonial y anticapitalista
a partir de una alianza obrera, campesina e indígena, una alianza de los
sectores populares.
Un
socialismo que solo puede ser democrático, ampliando los márgenes y límites de
la democracia liberal, un socialismo antiimperialista y anticolonial que supere
todas las formas de enajenación del capitalismo, que crezca desde las raíces de
la clase obrera y los movimientos indígenas originarios y campesinos, desde las
fábricas y desde el campo y las comunidad, para construir la sociedad-comunidad
a la que aspiramos, una sociedad donde el valor de uso primer sobre el valor de
cambio impuesto por el mercado y el capital.
Un
socialismo con los medios de producción socializados en una sociedad donde los
servicios básicos les sean garantizados a todas las personas junto con sus
derechos laborales. Todos los derechos para todas las personas.
La crisis
del capitalismo lleva aparejada que para mantener la tasa de ganancia a partir
de la explotación de los trabajadores, en casi todos países del mundo la edad
de jubilación aumenta, las pensiones se reducen y se mercantiliza y privatiza
la salud.
Por supuesto
el socialismo al que aspiramos recoge las luchas y reivindicaciones de la clase
obrera a lo largo de la historia. Exigimos un sistema público, universal y
obligatorio de seguro social para todos los países, además de la reducción de
la edad de jubilación y aumento de las pensiones pues solo de esta manera las
clases populares podrán vivir con dignidad después de su jubilación.
Nuestro
proyecto socialista debe garantizar que el agua y los servicios básicos sean un
Derecho Humano a partir de la soberanía sobre los recursos naturales y
energéticos que garantice los derechos sociales y laborales.
Para
garantizar los derechos sociales y laborales, necesitamos construir una visión
distinta del desarrollo capitalista.
El horizonte
socialista debe ser necesariamente internacionalista. Un internacionalismo que
como decía el Che, es la ternura de los pueblos. Defendemos un
internacionalismo alianza del movimiento obrero, campesino e indígena junto a
los movimientos de liberación nacional y todos los oprimidos del mundo que
luchan por un mundo y un futuro de paz y justicia social.
Ese
internacionalismo clasista y socialista debe tener como base la formación
política, si queremos enfrentar la hegemonía capitalista en lo económico,
político, cultural y mediático, debemos prepararnos para la Batalla de Ideas.
Batalla de Ideas que como nos recordaba el Comandante Fidel Castro, no
significa solo principios, teoría, conocimientos, cultura, argumentos, réplica
y contrarréplica, destruir mentiras y sembrar verdades; significa hechos y
realizaciones concretas.
CONCLUSION
Reconocemos
el aporte de la Federación Sindical Mundial en sus 69 años de vida en la
defensa de la clase trabajadora en Vietnam, Cuba, Corea, la España de Franco,
el Portugal de Salazar, la Grecia de la heroica guerra civil, hasta Guatemala,
Angola, Granada y Chile, Sudáfrica, El Congo, Mozambique, Etiopía, Egipto, el
Golán Sirio, el Líbano, Irak, la India, Indonesia, Timor Oriental y el Sáhara
Occidental.
Asimismo
reivindicamos el legado de todos los libertadores que dieron su vida por la
liberación nacional y social de sus pueblos, Bolívar,
Zapata, Martí, Sandino, el Che, Ho Chi Minh, Sankara o el Comandante Chávez
además de reconocer el aporte que al momento histórico actual ha hecho la
revolución cubana encabezada por los comandantes Fidel y Raúl Castro.
El momento
de transición en que nos encontramos necesita de una coordinación de
sindicatos, movimientos sociales, los jóvenes, las mujeres e intelectuales
comprometidos, para desde la defensa de los procesos de cambio, buscar la
construcción del proyecto político de liberación nacional y social de nuestros
pueblos.
Pero nuestra
liberación no es solo la liberación de nuestros pueblos. Es a la vez la
liberación de la humanidad entera porque nosotros no luchamos para dominar a
otros; luchamos para que nadie domine a otro.
Y en el
camino de la liberación, es importante mantener las conquistas logradas, por lo
que nos solidarizamos con el proceso de cambio boliviano que esperamos sea
reforzado en las elecciones presidenciales del 12 de octubre.
¡Que viva el
proceso de cambio boliviano!
¡Que vivan
las luchas de la clase trabajadora!
¡Contra la
barbarie capitalista, por la paz y un mundo sin explotación!
Cochabamba,
Estado Plurinacional de Bolivia,
2 de julio de 2014.
“Cambio”, 07/02/2014

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